DECALOGO DE REGALOS ANTICRISIS PARA LOS MÁS PEQUEÑOS
Es cierto que son tiempos muy duros, pero a pesar de ellos, aún sigue habiendo cosas bonitas de las que disfrutar y que ayudan a enfocar la vida un poquito en positivo. Creo que si uno no hace más que oír hablar de la crisis, las pocas ganas que le quedasen de hacer algo por salir a flote y emprender algo que podría haber triunfado, se esfuman por pensar que todo lo que se haga va a fracasar. Deberíamos empezar a dejar de hablar insistente y constantemente de la crisis. Dicho esto, y de acuerdo a los tiempos por los que pasamos, os copio este Catálogo, presentado por Pedro Molino, Coordinador pedagógico de Superpadres. Creo que no estaría mal tener estos 10 puntos en cuenta, o por lo menos algunos, a la hora de lanzarnos a comprar regalos… A ver qué os parece…
Decálogo pedagógico: Cómo los niños aprenden a valorar los regalos de Navidad en tiempos de crisis
Es habitual la preocupación de los
padres para que sus hijos aprendan a valorar la avalancha de regalos
típica de cada Navidad. Pero en tiempos de crisis económica, esta avalancha de regalos no puede mantenerse y da lugar otra situación: los Reyes Magos traen menos regalos que en Navidades anteriores.
¿Cómo hago para gestionar adecuadamente esta situación? ¿Cómo
consigo que mis hijos valoren los regalos que recibirán,
independientemente de su precio? Para ayudar a las madres y a los padres
a afrontar esta situación, Superpadres: Universidad de padres online ha elaborado este decálogo pedagógico.
1. Tratar la situación con máxima naturalidad
La crisis también afecta a los regalos
de Navidad. No hay que esconder esta situación, sino tratarla con
naturalidad con nuestros hijos. Podemos explicarles que Papá Noel y los
Reyes también sufren la crisis. Por tanto, este año tienen menos regalos
para repartir. Es por ello que, por ejemplo, Papa Noel pasará por casa y
los Reyes por casa de los abuelos, o viceversa. Además, para conseguir
que ningún niño se quede sin regalo, no podemos pedir tantos como en
años anteriores. Todos podemos hablar con nuestros hijos. No se trata de
darles más explicaciones de las necesarias, sino simplemente de
adaptarse a la edad de cada niño y a su personalidad para que lo
comprendan.
2. Fortalecer el ritual de la Navidad y el factor sorpresa
Aunque
no podamos regalar todo lo que quisiéramos, seguimos teniendo en
nuestras manos el poder tradicional de la Navidad. Estas son unas fechas
únicas e irrepetibles del año y debemos saber aprovecharlo cuando
entreguemos los regalos. Debemos dar a ese momento la importancia que se
merece y organizarlo como único e irrepetible. También es clave
reforzar en los niños la idea de la sorpresa.
3. Tener en cuenta los gustos y necesidades reales de los niños
Es importante involucrar a los niños en
la elección y la elaboración de la carta a los Reyes Magos, pero es aún
más importante que posteriormente sean los padres quienes desde su
propio criterio elijan los regalos. Los padres son los que mejor conocen
los gustos y necesidades reales del niño, cosa muy importante,
especialmente durante la Navidad ya que los niños están muy
influenciados por la publicidad y los amigos. En todo caso, sí es
importante que al menos entre los regalos haya alguno de los que nuestro
hijo pidió.
4. Explicar el porqué de los regalos elegidos
¿Por qué nuestros hijos piden un
determinado regalo? Muchas veces nos sorprenderemos con las respuestas
si se lo preguntásemos. Debemos explicarles porque unos regalos son
posibles y otros no: por coste, utilidad, valores, etc. Los niños se
ilusionan fácilmente. Aprovechémoslo para sugerirles regalos
enriquecedores. En este sentido, los Reyes Magos y Papá Noel son el
mejor aliado. Ellos son mágicos y, por lo tanto, saben elegir mejor que
nadie lo que más gustará a nuestros hijos.
5. Limitar el número de regalos y poner de acuerdo a la familia
Una buena opción es establecer un número
máximo de regalos que los niños pueden pedir. En esta misma línea es
importante fijar también un máximo de regalos que los familiares pueden
regalar. Por ello es útil animar a la familia a ponerse de acuerdo y
seguir las orientaciones de los padres sobre el número y el tipo de
regalos que son mejores para sus hijos.
6. Apostar por regalos sencillos, medioambientalmente sostenibles y compartidos
Elija juguetes sencillos, son mucho más
económicos, ecológicos y los niños suelen disfrutar más con ellos porque
dan más de sí. Además sonjuguetes que,
en general, les interesan durante más tiempo y se estropean menos. Otra
idea son los regalos compartidos. Si son varios hermanos elija un
juguete que puedan usar todos -ya sea en común o por turnos- y regálelo
en común. Puede buscar también alternativas de regalo familiares: un
juego de mesa, unas entradas para el teatro o el cine, un fin de semana
de viaje, etc. El mejor juguete es el que entretiene y facilita la
interacción con otros niños y también entre padres e hijos.
7. Elaborar nuestros propios regalos
Si nuestros hijos ya son suficientemente
mayores, podemos animarles a hacer con sus propias manos el regalo de
sus hermanos, primos o abuelos. Ellos son los que mejor los conocen. Se
trata de poner la creatividad en primera línea. Esto les ayudará a
valorar el esfuerzo de tiempo y dinero de hacer un regalo. Y aprenderán
que los regalos llenan a quién los recibe, pero también a quien los da,
especialmente si los ha hecho con sus propias manos.
8. Convertir en regalo aquello que hasta ahora no lo era
Muchos elementos de la Navidad ya son,
por si solos, un regalo: el árbol de Navidad, el Belén, los turrones,
etc. Si conseguimos hacérselo evidente a nuestros hijos, conseguiremos
que los valoren más. ¿Y cómo lo hacemos? Con creatividad. ¿Quién ha
dicho que los turrones no se pueden envolver como un regalo? El objetivo
final es aprender a valorar las pequeñas cosas. A menudo, es suficiente
con mostrar de una nueva manera aquello a lo que prestamos poco
interés.
9. Escribir “La carta familiar”
Cuando
los niños “hagan” la carta, se les debe animar a pedir algo para su
familia: algo para papá, algo para su hermano, algo para el abuelo… Esto
les hará más colaborativos y les empujará a averiguar qué les gustaría
recibir a los otros y a ver que no es fácil complacer los deseos.
Además, para hacer reflexionar a nuestros hijos sobre el valor de los
regalos también podemos escribir la carta de regalos no materiales. Así
quizás sepamos qué es lo que realmente necesitan y quieren nuestros
hijos más allá de los regalos de Navidad. Es probable que nos llevemos
una sorpresa.
10. Aprender a tolerar la frustración
¿Cómo gestionamos la situación de no
poder comprar los mismos regalos que en años anteriores? ¿Cómo evitamos
que nuestro hijo no se sienta inferior a otro niño que sí tienen muchos
regalos? A la hora de responder estas preguntas debemos tener claro que
un niño no se traumatizará si no recibe el regalo que esperaba. Tú hijo
es capaz de gestionar esas pequeñas desilusiones. Entender que no se
puede tener todo en un mundo de crisis, desigual por su pobreza y poco
sostenible medioambientalmente y, por tanto, aprender a afrontar la
frustración es un paso necesario para convertirse en un niño
emocionalmente maduro. No olvidemos que el mejor regalo para nuestros
hijos, el envoltorio de todas nuestras acciones y detalles, el que no
debe faltarle nunca es nuestro amor –incondicional, educativo y
responsable–. Un amor convertido en palabras, caricias, experiencias e
interacciones compartidas, que les ayude a ser personas responsables y
equilibradas intelectual, emocional y socialmente.
lo de la crisis esta muy bien
ResponderEliminaryo he llevado muchos juguetes que usaba menos, a los niños pobres... me costó un poco decidirme pero luego me senti muy bien
ResponderEliminary mi hermano tambien soy gema quese me habia olvidado ponerlo. besosssss
Eliminara mi no me afecta la crisis porque estoy de regalos asta arriba jejejejejejejejejejejejejejejejejejeejejejejeje de luis
ResponderEliminarpuesami no me hace falta regalos soy rico un saludo de 5ºa
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